Morderse las uñas, ¿afecta al desgaste dental?. Join Dental, Dentista en Oviedo.

La acción de morderse las uñas también conocido como onicofagia, en general, se asocia a personas con un estado de ansiedad, agresividad, angustia… Este sencillo pero peligroso acto, les ayuda a tranquilizarse y a liberar ciertas tensiones.

Lo que mucha gente desconoce es que en nuestras uñas se acumulan virus, hongos y bacterias que pueden llegar a causar una infección grave en nuestra boca. Además, roer las uñas, puede producir en muchos casos, mal aliento. La presencia de determinadas bacterias contribuye al desarrollo de halitosis y más aún, en el caso de que existe una infección.

¿Por qué nos mordemos las uñas?

La onicofagia, el hábito de morderse las uñas, suele comenzar en la infancia y es comúnmente adquirido por imitación de los adultos. Durante la adolescencia, este hábito puede estar relacionado con otros conductuales como morder el bolígrafo o jugar con el pelo. Sin embargo, estas conductas son compulsivas e incontrolables, lo que puede llevar a su cronificación y desarrollarse en un problema grave para la salud dental.

A pesar de que no hay muchos estudios sobre la onicofagia, su aparición se relaciona comúnmente con estados de nerviosismo, siendo la ansiedad, el estrés, la frustración, la baja autoestima o la timidez extrema algunos de los principales factores desencadenantes.

Peligros de morderse las uñas para nuestra salud bucodental (cambiar)

Nuestras manos son un foco de suciedad, virus, hongos, bacterias en uñas y dedos. Mordiéndonos las uñas, acercamos todos estos elementos a nuestra boca dando lugar a enfermedades e infecciones en muchos casos.

Los principales peligros para nuestro dientes y boca de este mal hábito son:

Desgaste dental

Morder las uñas de manera compulsiva y prolongada puede tener consecuencias perjudiciales para la salud dental. Este hábito puede causar un desgaste excesivo en los incisivos, erosionando el esmalte dental y generando microtraumatismos en estas piezas dentales.

En situaciones más graves, los dientes pueden astillarse, fracturarse e incluso romperse como resultado de este comportamiento. Es importante tener en cuenta que el daño causado por morderse las uñas puede ser irreversible y requerir tratamientos dentales para corregirlo, como empastes o reconstrucciones dentales.

Alteraciones en la mandíbula

Hay estudios que afirman la relación de la onicofagia y los problemas mandibulares, más específicamente en la articulación temporomandibular(ATM). Esto puede generar dolor al masticar, además de molestias en cabeza, oído y mandíbula.

Problemas bacterianos

Es importante destacar cómo morderse las uñas no solo puede dañar los dientes, sino también afectar la higiene bucal y aumentar el riesgo de infecciones tanto en la zona de la boca como en otras partes del cuerpo.

Las uñas son un lugar propicio para la acumulación de bacterias. Al morderlas, se introduce esta suciedad en la boca, lo que puede provocar la proliferación de microorganismos dañinos. Estas bacterias pueden causar infecciones en la boca, como llagas o úlceras, y también pueden afectar el sistema digestivo, causando síntomas como vómitos y diarreas.

Consejos para dejar de morderse las uñas

Morderse las uñas causa daño a los dientes. Por lo tanto, cuando se detecta este hábito, es importante tratarlo para evitar que se vuelva crónico.

Existen varios métodos populares y caseros para dejar de morderse las uñas, como mantenerlas pintadas o cortas, ocupar las manos con actividades, aplicar sustancias desagradables al gusto (incluso hay productos específicos en el mercado), usar uñas postizas, ponerse tiritas o masticar chicle o regaliz.

Sin embargo, abandonar este hábito automático puede resultar complicado con estos trucos, especialmente si desconocemos el desencadenante del impulso. Por lo tanto, el tratamiento de la onicofagia suele ser de naturaleza psicológica y se lleva a cabo en dos etapas:

1. Reconocimiento de las causas que llevan al paciente a morderse las uñas.
2. Establecimiento de pautas o comportamientos menos dañinos para controlar o canalizar los estados de nerviosismo y ansiedad del individuo.

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